La ciencia hoy en día es un deporte de equipo.
Los equipos de científicos de gran tamaño se han hecho cada vez más comunes en los últimos 50 años. Los equipos grandes rinden más que los pequeños y producen una investigación que se cita con mayor frecuencia. Esa fue la conclusión principal de un trabajo realizado en 2007 por Brian Uzzi, profesor de Gestión y Organizaciones de la Kellogg School of Management, y Benjamin Jones, profesor de Estrategia.
Ahora los mismos investigadores están estudiando no solo el tamaño, sino también la composición de los equipos. En una nueva investigación, Uzzi y Jones constataron que el hecho de que haya científicos de ambos sexos en los equipos parece ser un factor importante. Los equipos mixtos producen investigaciones más novedosas y de más impacto que los puramente masculinos o femeninos, según el estudio, cuyos coautores son Yang Yang, de la Universidad de Notre Dame, Yuan Tian, de la Universidad de Nueva York, y Teresa Woodruff, de la Universidad Estatal de Michigan. De hecho, "cuanto más equilibrio hay entre hombres y mujeres en los equipos, más logran", afirma Uzzi. En otras palabras, "hombres y mujeres forman parte por igual de la receta del éxito científico. Juntos somos mejores".
Los equipos mixtos rinden más
Uzzi, Jones y sus colaboradores analizaron 6,6 millones de trabajos en el campo de la biomedicina publicados entre 2000 y 2019 utilizando un algoritmo para inferir el sexo de los autores a partir de sus nombres. (Este método, si bien imperfecto e incapaz de captar la complejidad de la expresión o la identidad de género, fue sumamente eficiente y arrojó cifras congruentes con los datos oficiales sobre la composición del profesorado de las facultades de medicina en función del sexo).
A continuación, los investigadores calcularon el impacto y la novedad de los trabajos en el momento de su publicación. El impacto se midió por el número de citas bibliográficas de que habían sido objeto; se consideró que se habían citado con frecuencia si figuraban entre el cinco por ciento de los más citados en un año determinado.
La novedad se midió examinando las citas bibliográficas que contenía cada trabajo. "Si en la sección de referencias bibliográficas se observa que los autores citan a Leonardo da Vinci y a Einstein, y Einstein y Leonardo da Vinci se han citado conjuntamente en muchos otros trabajos, cabe considerar que se trata de una combinación ordinaria", explica Uzzi. "Pero si entre las referencias de un artículo científico vemos que Einstein ha sido emparejado por primera vez con Maya Angelou, se trata de una combinación novedosa" que permite suponer que se están generando nuevos conocimientos. Los investigadores utilizaron esta información sobre las citas bibliográficas para asignar una "puntuación" de novedad a cada trabajo del conjunto de datos.
En cuanto a la novedad y el impacto, la conclusión fue que los equipos mixtos superaban a los del mismo sexo con mucho.
Un equipo mixto de seis o más investigadores tenía un 9,1 por ciento más de probabilidades de producir un trabajo novedoso, y un 14,6 por ciento más de probabilidades de producir un trabajo muy citado, que un equipo del mismo tamaño compuesto por personas del mismo sexo. Además, los beneficios derivados de la novedad y el impacto eran mayores cuando los equipos estaban equilibrados en función del sexo, es decir: un equipo de tres hombres y tres mujeres tenía más probabilidades de producir una investigación novedosa y muy citada que uno de cuatro hombres y dos mujeres.
A continuación, los investigadores realizaron pruebas para ver si los resultados persistían incluso cuando se tomaban en cuenta otros factores ajenos al sexo de las personas que podían influir en el resultado de la investigación científica de un equipo.
Por ejemplo, consideraron la posibilidad de que los equipos de hombres y mujeres englobaran más especializaciones, lo que podría explicar por qué la investigación de esos equipos parecía más novedosa. Y descubrieron que había algo de cierto en esa hipótesis: los equipos mixtos "tienden a reunir una mayor diversidad de conocimientos", dice Uzzi. "Pero, independientemente de eso, el simple hecho de que el equipo sea mixto se traduce en un aumento del grado de novedad".
Las ventajas de los equipos mixtos se mantuvieron cuando se tomaron en cuenta el tamaño de las redes profesionales de los autores y la diversidad geográfica del equipo, así como los campos de investigación representados, por ejemplo, la cardiología y la neurología.
Además, los investigadores realizaron una investigación preliminar sobre la composición de los equipos por sexo en otros campos de la ciencia. Examinaron más de 20 millones de estudios publicados en los últimos 20 años en 18 disciplinas científicas, además de la medicina, y observaron que el mismo fenómeno se repetía en todos los campos científicos, no sólo el médico.
La diversidad de sexo es mejor para la creatividad
Si bien la investigación no abordó directamente la cuestión de por qué los equipos mixtos rinden más que los de un solo sexo, Uzzi tiene una hipótesis general. "Creemos que el sexo de las personas influye en el proceso mediante el cual los científicos generan ideas y después seleccionan las mejores para darles seguimiento", dice. En otras palabras, quizá el intercambio de ideas sea más vivo, creativo y constructivo en un grupo mixto.
Sea cual sea la causa exacta de las ventajas, Uzzi dice que él trata de aprovecharlas al máximo en su propia investigación. En su laboratorio, por ejemplo, se asegura de que los equipos de investigadores sean mixtos. "Estoy convencido de que así rinden mejores resultados —dice— y de que esto ayuda a que el proceso sea más generador y divertido".
Los equipos mixtos son ahora más comunes, pero siguen subrepresentados
Sin embargo, no todo el mundo hace lo mismo. Los investigadores descubrieron que, si bien el porcentaje va en aumento (entre 2000 y 2019, el porcentaje de equipos mixtos de cuatro personas aumentó del 60 al 70 por ciento), todavía hay menos de lo que cabría esperar si los equipos se compusieran sin tener en cuenta el sexo de las personas.
Para cuantificar esto, los investigadores elaboraron un modelo teórico capaz de crear equipos al azar, pero manteniendo constantes factores tales como el campo de la medicina representado, la diversidad geográfica del equipo y el número de citas bibliográficas de los autores. Este modelo puso de manifiesto que los equipos mixtos están subrepresentados hasta en un 17 por ciento.
"Las ventajas que ofrece la diversidad de sexo permanecen en cierto modo ocultas —afirma Uzzi— y, como están ocultas, se han desaprovechado. La gente no se está beneficiando de esta posible estrategia para hacer una investigación científica mejor".