Leadership Careers jun 1, 2023
Cinco consejos para perfeccionarse como líder sin terminar quemado
Un formador de líderes y antiguo director ejecutivo explica cómo plantearse de manera holística la vida profesional.
Lisa Röper
La mayoría de la gente sabe que superarse para ocupar un puesto de liderazgo cuesta un esfuerzo. Lo que no siempre es obvio es la manera de realizarlo, afirma Sanjay Khosla, investigador sénior y profesor adjunto de Marketing de la Kellogg School of Management y formador de ejecutivos titulado.
"A veces, empeñarse en trabajar más y ser más eficiente resulta una gran pérdida de tiempo", advierte. "No es otra cosa que intentar perfeccionarse en la misma rutina de siempre y seguir contestando correos electrónicos y completando tareas a menudo maquinalmente".
Khosla, ex presidente de Kraft Foods International (ahora Mondelez International), afirma que todo el que quiera reforzar sus dotes de liderazgo ha de pensar estratégicamente en cómo prepararse para las nuevas oportunidades sin sufrir un síndrome de desgaste laboral.
Khosla ha creado un modelo pedagógico de cinco pasos para ayudar a los líderes a conseguirlo. Lo explica a continuación.
1. Conocerse a sí mismo
Para superarnos tenemos que conocer bien nuestros puntos fuertes, nuestras necesidades de desarrollo y lo que realmente nos gusta hacer. Es útil recibir continuamente la opinión de otras personas, entre ellas nuestro jefe. Esto se logra normalmente a través de las evaluaciones de 360 grados. Luego es importante determinar si hay puntos en común entre nuestras propias conclusiones y los comentarios de los demás.
Cuando Khosla comenzó a formar a Maya (un seudónimo), una informática sénior de una gran multinacional, su ambición era convertirse en directora digital, pero no sabía cómo lograrlo. Con base en los comentarios de su jefe y sus colegas, se dio cuenta de que para poder aspirar al cargo tendría que demostrar que era algo más que una simple experta técnica, para lo cual tendría que adquirir más conocimientos empresariales y comerciales.
Al reflexionar sobre su vida, Maya también se dio cuenta de que estaba tratando de abarcar demasiado, tanto en el trabajo, donde no conseguía hacer más que cumplir con sus tareas cotidianas, como en el hogar, donde las exigencias de su trabajo le impedían pasar tiempo familiar de calidad con sus dos hijos.
Sabía que necesitaba aumentar sus capacidades, pero a la vez tendría que hacer tiempo en su agenda para dedicárselo a su familia.
2. Administrar bien la energía
El siguiente paso es cerciorarse de invertir el tiempo en las actividades correctas.
"Cuando estamos estresados, hay un desajuste entre lo que queremos hacer y lo que en realidad estamos haciendo", afirma Khosla.
Para corregirlo, Khosla recomienda dar un paso atrás y determinar lo que es importante para nosotros. Hay que considerar el ejercicio como una "auditoría energética", porque "el tiempo es un sustituto de la energía".
"Examinemos los últimos seis meses de nuestro calendario y dividamos nuestro empleo del tiempo por temas", dice Khosla. "Luego, preguntémonos: de esta lista de temas, ¿cuáles me resultan ventajosos y cuáles no? ¿Qué es lo que de verdad me interesa y entusiasma?".
Cuando lo hizo, Maya descubrió algo sorprendente: no delegaba lo suficiente, así que terminaba haciéndolo todo. No hacía más que asistir a una reunión tras otra, abrumada por todo tipo de minucias, distraída por una creciente lista de tareas pendientes y sin tiempo para ampliar su conjunto de destrezas.
3. Elegir áreas de interés
Una vez terminada la auditoría energética, el siguiente paso es planificar las actividades de los seis meses siguientes en función de las prioridades, dice Khosla, que recomienda crear una lista de temas de interés concretos con un límite de cinco temas prioritarios.
Según Khosla, dicha lista debe seguir una regla: ha de empezar por una prioridad ajena al trabajo, para garantizar el equilibrio personal. La primera prioridad de Maya era empezar a llevar y traer a sus hijos de la escuela, porque disfrutaba mucho de ello.
La segunda prioridad era decidir lo que iba a parar de hacer. Para ello, tendría que aprender a delegar. Le fue muy incómodo al principio, pero le proporcionó más tiempo libre y le permitió empezar a ser proactiva, en lugar de meramente reactiva. También le dio tiempo para adquirir nuevas competencias.
4. Crear un círculo de influencia
Khosla también recomienda crear lo que él llama un "círculo de influencia" que ayude a detectar y aprovechar oportunidades para desarrollar las dotes de liderazgo. Si comunicamos nuestros puntos fuertes a este círculo de personas, nos ayudarán a posicionarnos para proyectos que hasta ahora estaban fuera de nuestro alcance.
"Los líderes con ambición de superarse tienen que desempeñar un papel activo en la expansión de sus oportunidades", afirma. "Para eso hay que realizar una evaluación estratégica de hacia dónde queremos ir, quién nos podría ayudar y cómo acercarnos a ellos".
Entre las personas que componen nuestro círculo de influencia debe haber compañeros y superiores, tanto de dentro como de fuera de la empresa, que nos puedan ayudar a labrarnos un nombre.
Maya eligió a su jefe, varios colegas, el gerente de ventas de su empresa y un puñado de personas de fuera para formar su círculo de influencia. Y lo que es igualmente importante, decidió comunicarse con cada una de estas personas diligente y sistemáticamente.
Otra de sus prioridades, por ejemplo, era adquirir experiencia de trabajo directo con los clientes. Para ello recurrió al gerente de ventas de su empresa, que la incorporó a varios proyectos con clientes en los que trabajó codo a codo con el equipo de ventas.
"Maya está adquiriendo nuevas competencias, se está dando a conocer y ahora tiene una apreciación más profunda de los engranajes de la empresa", afirma Khosla. "Está aprendiendo mediante la práctica".
5. Cuidar la forma de presentarse
Por último, Khosla aconseja a los dirigentes que analicen con ojo crítico su manera de presentarse y expresar sus puntos de vista en las reuniones y demás encuentros.
A menudo perdemos tiempo transmitiendo información que se podría haber repasado con antelación o nos atascamos en los detalles técnicos en lugar de ir al grano. Si nos concentramos demasiado en la información que queremos transmitir, nos arriesgamos a pasar por alto lo que nuestro oyente desea y necesita saber. En lugar de ello, Khosla recomienda invertir la perspectiva.
"Hay que mirarlo todo desde el punto de vista de la otra persona, en lugar de limitarnos a decirle lo que estamos haciendo", afirma. Para ello hay que ser previsor. Antes de las reuniones tenemos que reflexionar sobre las preguntas que nos pueden hacer y preparar las respuestas.
Por ejemplo, el primer impulso de Maya a la hora de preparar una ponencia para la alta dirección de su empresa fue crear una larga presentación en PowerPoint con numerosas diapositivas repletas de detalles técnicos. Sin embargo, tras hablar con Khosla, recapacitó.
"De nada sirve machacar al público con presentaciones PowerPoints hechas sin pensar", dice Khosla. "Hay que ponerse en el lugar del oyente y preguntarse qué los inspiraría y entusiasmaría”.
Por eso Maya prefirió centrar su presentación en sus recientes interacciones con los clientes, para señalar su impacto en el negocio. Y se aseguró de que su presentación incluyera informaciones prácticas, así como varias "solicitudes" procedentes de sus colegas.
"Se trata de tener muy claro en qué consiste el éxito de cada interacción", dice Khosla. "Es el mismo tema, pero con un enfoque distinto".
Susan Margolin is a freelance writer based in Boston.